Cuanto más alto subes, más duele al caer.
Escribo literatura de emergencia, sucia y barata en la que volcar mi desbordado cauce emocional. No pretendo hacer algo bonito, solo algo real que me recuerde que sigo viva, que mis pulmones siguen repirando, y mi corazón latiendo.
viernes, 25 de febrero de 2011
Fobias
Todo cuanto vivimos nos marca, deja huello en nosotros, forma parte de lo que somos. La herencia de mi relación anterior ha sido miedo, sobre todo. No me había dado cuenta hasta ahora de la intensidad de esa huella. Ahora que tengo a alguien que mi importa he notado que el miedo a perderlo no es normal, es infundando, exagerado y enfermizo. Y desde luego, constante. No importa lo bien que esté con él, lo mucho que lo amo… la sombra de otro abandono planea impasible sobre cada momento de amor. Los sentimientos son tan inestables, tan sensibles. Y sin duda alguna puede que él cualquier día deje de amarme. Trato, lo intento con todas mis fuerzas, de apartar ese pensamiento de mi mente. Me repito que voy a aprovechar cada día junto a él como si fuera el último. Y lo hago. Y cada segundo que pasa le quiero más.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)