viernes, 4 de junio de 2010

Fotografía

Una imagen vale más que mil palabras
Esa frase siempre ha resultado contradictoria para mi que amo tanto la escritura como la fotografía y soy igual de mediocre en ambas. Nunca he compartido intereses con mi madre, no solo por ser generaciones muy distintas, como sabreís ella es una mujer sencilla, que pisó la escuela más bien poco y que desde muy joven tuvo que ayudar a mi abuela (recordatorio: entrada para ellas). Las inquietudes intelectuales y artísticas no le preocupaban ella es más bien práctica. La fotografía no es una excepción. Recuerdo lo mucho que me costó explicarle porque quería gastarme tanto dinero en una cámara de fotos, que solo hacía fotos, y que el carrete había quedado obsoleto. Esa es la camara que compré y que espero, si alguno de  mis hijos hereda de mi el amor por la fotografía, poder regalarosla (si sigue funcionando). No es gran cosa pero tiene un gran valor sentimental porque tuve que ahorrar durante casi un año entero y privarme de muchas cosas para conseguir comprarmela. Espero que vosotros no seáis unos estúpidos mimados de los que yo odios, que no valoran lo mucho que cuestan las cosas.
Os comentaré un poco más porque amo la fotografía. Porque es algo íntimo entre la foto y el que la toma, mil personas pueden mirarla y ver cosas diferentes, pero cuando tomas una foto tienes claro lo que quieres inmortalizar. La fotografía no captura sólo belleza, si fuera así no me gustaría, hay una abanico infinito de sentimientos que transmitir, agradables y desagradables, pero aún así cuando mirar una foto que refleja algo doloroso tus pupilas también se impregnan con belleza. Es algo especial, no sé bien como describirlo. Ves la foto de un lugar y puedes olerlo, conocer sus gentes, pasear por sus angostas calles. Creo que es mucho más que una simple imagen, es todo lo que hay detrás de ella y también lo que el fotografo decidió dejar fuera, pero al mismo tiempo de ofrece la posibilidad de limitarte a lo que te muestra, sin ir más allá. Y eso es especial.
y cada día me maravillo porque el mundo está lleno de talento, me da envidia que yo no haya recibido mi parte, pero espero que vosotros estéis entre los afortunados.

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